Changos… estuve hibernando más de un mes… Pero bueno, con el frío ni las lombrices quieren trabajar. Nada más están hechas bola para no helarse. Pero ni modo, así son las estaciones por acá.
En fin, este año pinta para muchas cosas, aparte de la crisis. En uno de los foros hicieron una pregunta acerca de cómo “reciclar” los desechos de las mascotas, especialmente los perros. Los gatos, bueno, no dan mucha lata, pero a veces salimos al patio y nos saluda una plastita que parece de dinosaurio…
A diferencia de otro tipo de desechos, los de los perros, al menos según algunos estudios, se pulverizan y vuelan, provocando irritaciones, alergias y no se que tantas cosas. Así que si queremos realmente entrarle a cuidar el mundo, hay que empezar por ver que hacer con estas cosas.
Uno de los problemas de reciclar la popó de perro es el olor, iugh! Pero creo que puede manejarse sin problemas. A fin de cuentas, les echo comida apestosa a las lombrices y no dicen nada. Mientras la “entierres” bien en el material de la cuna, no creo que haya problema. La lombricultura tiene la ventaja de que, al menos en teoría, pueden consumir todo lo que haya estado vivo.
Mientras todo se mantenga húmedo y sin acceso a las moscas, me parece, según mi experiencia, que va a ser un experimento interesante. Para este sacaré un bulto de lombrices del peso de una de las plastitas para que puedan consumirlas todos los días y dejen algo para irse reproduciendo.
Durante mucho tiempo se ha manejado que no se abonen plantas para consumo humano con humus o composta que venga de desechos de perro o de humanos. Como muchos países tienen esa práctica, por el momento la voy a seguir, poniendo ese humus para abonar plantas de adorno o algo así, aunque me voy a poner a investigar que estudios avalan la teoría de que nos puede llegar un parásito de perro por un fruto cultivado con humus que proviene de ahí.
En fin, a ver que dicen las lombrices. En las próximas entradas estaré poniendo algunas fotos de lo que vaya haciendo, así como mostrar el progreso de lo que vaya saliendo. La idea es poder deshacerme de los regalitos de mi perra de una manera rápida, eficiente y que me de algo aparte de llenar una bolsa de basura.
A fin de cuentas, utilizar humus para el pasto, flores y cosas que no vayamos a consumir no es mucho problema; la gran mayoría de las plantas que manejamos no son comestibles. Lo bueno es que las lombrices me dirán rápidamente si les gusta o no lo que hago.
Hasta la próxima.