¡No encuentro el CD de mi cámara! Así que te debo las fotos para la siguiente. Como mencioné en la entrada anterior de uno de mis proyectos de lombricultura para el 2009, quiero convertir la popó de mi perra en humus.
Si tienes perro, lo más probable es que tengas que estar recogiendo regalitos todos los días. Lo malo de estos es que, aunque se los podrías dejar a la madre naturaleza para que los recicle, la verdad es que van a tardar mucho y mientras te dejan un olorcito y una vista nada agradables. ¿Podrá la lombricultura rescatarte?
Claro que les puedes “dar forma” para que no se vean tan feos, pero ¡Iagh! Así que, si ya tengo las lombrices y se comen casi toda la basura que les echo, pues voy a tratar de incluir el excremento de perro a la mezcla. A fin de cuentas, sería lo mismo que con la basura orgánica. Las lombrices no distinguen y, según su fisiología, no saben de sabores ni olores. Así que todo se puede reciclar en lombricultura (hasta tú).
En fin, el proyecto Brandy (le pusimos así en honor a mi perra, no por estar borracho a la hora de hacerlo) consiste en una caja de esas para camarón (algunos les llaman “huacales”, aunque los que conozco yo son de madera). Al igual que todas las cunas para lombricultura, tiene una cama hecha de papel remojado, que le sirve a las lombrices para echar relajo, mantiene la humedad y filtra el agua que gotea de la caja (llamado lixiviado por los puristas, yo solo le digo “jugo de lombriz”).
La idea de este proyecto es sacar algunos datos que me puedan decir si es viable reciclar el excremento de perro por medio de la lombricultura. De que se puede, se puede; la lombriz consume todo lo que haya estado vivo. Sin embargo, hay varias cosas que tienes que tomar en cuenta para ver si tu lombricultivo sirve o no y son, entre otras:
Que tan rápido lo consumen. Si se lo comen pero se van a tardar un mes, hay que saberlo para ver si hay que compostar primero y que ventajas hay en ello. El excremento huele feo y atrae moscas, así que no tengo ganas de estar cuidando popó.
Que tan feo huele o que atrae. La basura orgánica no genera olores cuando la tapas bien; sin embargo, no sé que pase con el excremento de perro y hay que averiguarlo. La lombricultura no da lata, pero tengo vecinos y no quiere que me tiren piedras por apestoso.
La calidad del humus. Aunque no aplica tanto para mí, no está de más hacer un experimentillo para ver que tan bueno o malo es el humus que sale. El propósito es reciclar la popó, no hacer humus de calidad, pero no está de más saber.
Como es un piloto de lombricultura, es solo una caja. Escarbé en las otras cunas de lombrices para sacar algunas voluntarias. A lo mejor sabían a lo que iban porque todas corrieron, pero como no tienen a donde ir, saqué un puño de lombrices que parecían dispuestas a cooperar.
La caja tiene su cama de papel, incluí humus de las cunas para “activar” la actividad bacteriana (recuerda que las bacterias “composteras” son las que empiezan el trabajo) y ya está todo regado y listo. Como hay mucha materia prima fecal de Brandy, pues ya tienen su primer alimento de la semana.
Esto inició el fin de semana pasado (22/febrero/09) y voy a ir poniendo como va avanzando. Si funciona como espero, otra basura orgánica que se va gracias a la lombricultura. A como voy, al rato voy a reciclar hasta mi “materia prima”.
Por cierto que no está tan descabellado. Leí en un foro a un cuate que ya lo está haciendo. Pero bueno eso es material para otra entrada.
Hasta la próxima.