Creo que es obvio que éste mundo se está consumiendo rápidamente. Si le hacemos caso a los profetas del desastre, se terminará de consumir éste año.
Pero haciendo a un lado la catástrofe que nos acabará rápidamente, ¿cómo es posible que andemos pensando en ir a Marte y todavía no tengamos una solución para evitar la destrucción de nuestro planeta?
Por supuesto que los principales culpables son la avaricia (Hay que ganar mucho dinero sin importar los medios), la comodidad (¡Que se joroben los pingüinos!, yo quiero aire acondicionado…) y la flojera (¿Caminar al trabajo? ¡Ni cuando era pobre!), pero también hay otra cosa de la que no se habla mucho: las discrepancias, muchas veces insalvables, entre los defensores del medio ambiente.
¿Es posible avanzar en la carrera hacia lo sustentable cuando sus más aguerridos defensores están peleados entre ellos? Hace años pensé que no era posible y el tiempo parece darme la razón: vamos de mal en peor.
Porque a lo largo de varios años he visto cómo la ideología, el ego y los prejuicios hacen que los esfuerzos ambientalistas terminen en nada o se hagan proyectos tan dispersos que no tienen ningún impacto perceptible. * Y que conste que no incluí el amor al dinero, que es lo que termina “definiendo” las acciones de muchos ambientalistas.
En fin, ayer me preguntó mi hija que porque había tantos grupos distintos que defendían al ambiente y no se juntaban en uno solo.
Como todavía no ha desarrollado el cinismo de la madurez, le dije que a veces no todos nos podíamos poner de acuerdo y que a veces teníamos que andar separados pero trabajando por el mismo fin.
La pregunta pareció satisfacerla (o de plano se aburrió de mi diatriba), pero a mí, que ya estoy agarrando cinismo de viejillo, me dejó pensando.
Como lombricultor, acuapónico e hidropónico, he hablado con mucha gente, a propósito de muchas cosas. Reciclaje, procesamiento de basura, biotecnología, etc. Y ha sido con algunas de estas personas que me he dado cuenta de que el asunto ambientalista no tiene mucha diferencia de, digamos, los partidos políticos y los aficionados al fútbol.
Y si no, solo basta ver nuestro gobierno: partidos políticos, senadores, diputados, sindicatos y coyotes. Con todos estos en pleito, es realmente sorprendente que logre hacer algo.
Al menos de estos pleitos salen chismes, chistes y programas de televisión, pero es triste cuando algo como el medio ambiente se deja de lado por pleitos internos.
He visto que buenas ideas son descartadas inmediatamente porque el que las promueve no es vegetariano. He visto proyectos quedarse estancados o irse a la basura porque nadie está conforme con quién se llevará el crédito, si se escribirá un libro o se creará una aldea para los “creyentes”.
Hasta me ha tocado ver gente haciendo planes para vivir en aldeas verdes mientras el mundo se destruye para que ellos, después del holocausto, dominen el mundo con conciencia ecologista (cabe mencionar que esto no es broma; realmente hay gente pensándolo).
Que estén en contra de los que destruyen el planeta y hasta tomen posiciones radicales contra ellos lo puedo entender pero, ¿entre los mismos ecologistas? Y éstos son los que promueven que "el ideal de un mundo sustentable debe prevalecer sobre cualquier diferencia"... (Sí, como no...)
¿Por qué no podemos trabajar todos juntos para ayudar al planeta? Si con tantas diferencias nos podemos poner de acuerdo para destruirlo, al menos debería haber un punto en el que todos trabajemos para el mismo fin: que duré más allá del 2012.
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