En caso de que no supieras, las lombrices y la lombricultura no son las únicas cosas que me llaman la atención; hay otras biotecnologías que he echado a volar en mi casa y que han funcionado bastante bien, a pesar de las limitaciones de espacio.
En fin, hace algún tiempo quería empezar con los caracoles, una técnica llamada helicicultura y de donde puedes sacar baba de caracol para la piel y aparte comer caracoles. Sí, tal vez digas guácala pero a los franceses les gusta y según es bueno…
En fin, como los caracoles nada más no parecían agarrar vuelo, los fui dejando para después pero ahora ya tenemos caracolitos y parece que nuestra caracolera ser juntará con la lombricultura para tener más bichos.
La cosa es que los caracoles necesitan limpieza, como cualquier otra cosa, lo cual aumenta el trabajo y las caras que esa mujer me echa cada que ve una nueva caja con bichos.
Así que la idea es formar un ecosistemita con lombricultura que me quite la monserga de limpiarle a los caracoles. Si los desechos de caracoles son vegetales y la comida (vegetales también) se las pueden comer las lombrices, ¿no sería la lombricultura la combinación ideal?
Con esto empieza otro pequeño experimento, aunque ya me salió para una instalacioncita de acuaponía. Aunque no es lo mismo (los pescados no se parecen a los caracoles), el principio aplica y las lombrices se pueden adaptar al ambiente.
La cosa es simple: los caracoles comen y engordan y las lombrices limpian todo. Yo solo tengo que regar, ver cómo crecen y presumirle a todo mundo.
Fácil, ¿no?
Así que veremos cómo se las arregla la lombricultura para cumplir con lo que quiero. Ya que siempre digo que las lombrices van a salvar al mundo, ¿por qué no empezar con algo pequeño?
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